La reciente renovación de la dirigencia estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Guanajuato, ahora encabezada por la senadora Virginia “Kikis” Magaña, ha detonado un escenario de tensión interna y reacomodos políticos que anticipan una ruptura formal al interior del instituto.
Desde su llegada, Magaña ha marcado una línea contundente: quien no comparta su agenda ni piense como ella, estorba. Este mensaje, interpretado por la militancia como un desplazamiento de voces críticas o divergentes, ha escalado con las declaraciones públicas de la propia dirigente, quien anunció la inminente salida de la diputada local Itzel Mendo de las filas del Verde para incorporarse al Partido Acción Nacional (PAN).
Las aseveraciones surgen en medio de un ambiente ya polarizado por la disputa entre las bases y la nueva dirección estatal, un conflicto que exhibe la falta de consenso interno y la resistencia de diversos grupos a aceptar decisiones que consideran unilaterales. Para muchos militantes, el problema de fondo radica en una dirigencia que, aseguran, parece olvidar que el partido no es de una persona ni una filial para intereses particulares.
Auditorias y rompimientos internos y la marcada diferencia con la anterior dirigencia son hoy un panorama nada alentador para el partido.
Con este escenario, el Partido Verde en Guanajuato enfrenta un reto mayor: recomponer su vida interna o asumir la fractura que paulatinamente se hace cada vez más evidente.
Y si por si eso no fuera poco, la tensión interna del Partido Verde en Guanajuato se crispa más aún, resulta con la aparición de la figura de Ricardo Sheffield, cuya presencia —aunque no formal— se ha convertido en un factor determinante en la lectura que la militancia hace del rumbo actual del partido. El antecedente de haber compartido fórmula al Senado en 2024 con Kikis Magaña no es un dato menor: para muchos dentro del Verde, constituye un indicador de que su relación política podría ir más allá de la cordialidad que ambos afirman públicamente.
En este contexto, el simple hecho de que su nombre aparezca en las conversaciones internas altera los equilibrios y genera interpretaciones divergentes.
En radiopasillo ya se asegura que las reuniones de Kikis y Ricardo no son mera cortesía y obedecen ya a negociaciones en forma para hacer del partido de Magaña un satélite alrededor de Shieffield, que estaría jugando a varias manos, primero con Movimiento Ciudadano y Yulma Rocha y ahora con el Verde y Kikis Magaña.
La crisis en el verde no es menor y apenas comienza, lo que sí se sabe que es que de esta ruptura solo hay un favorecido y no es, ni la militancia ni el partido.


