Recientemente el tema de la salud mental y su cuidado es algo que ha tomado más y más relevancia e importancia, lo cual sinceramente es algo maravilloso, aun así no es un tema fácil de explorar ni de abordar pues cada persona es un mundo y por eso lo que funciona para algunos puede resultar un desastre para otros, sobre la psicología de las personas no hay verdades absolutas debido a lo diversos que somos y a que pensamos y sentimos distinto, tenemos virtudes y defectos muy variados, pero aun así compartimos similitudes y tenemos necesidades parecidas.
Una de las cosas con las que probablemente podemos identificarnos más es la necesidad de bienestar, sentirnos bien, vernos bien y que las cosas a nuestro alrededor estén “bien” y eso que suena tan simple puede ser de las cosas más complicadas de lograr, primero porque no existe una fórmula mágica que nos solucione la vida, segundo porque
constantemente nos enfrentamos a situaciones o problemas que escapan de nuestro control, tercero porque si no aprendemos a cuidar de nosotros mismos poco a poco nos vamos agotando, nos acostumbramos y adaptamos tanto a estar mal que cuando nos hacemos conscientes de ello ya resulta muy complicado el poder sanar e incluso puede
llegar a ser aterrador intentarlo, cuarto porque la perspectiva con la que aprendemos a ver las situaciones puede que las haga más complicadas de resolver ya sea por subestimarlas o sobreestimarlas.
Todas las personas meceremos estar bien, sentirnos amados y valiosos ¿Cómo se logra eso?
No existe una única respuesta, no hay atajos ni caminos fáciles, pero todo comienza con uno mismo, sabiéndonos valiosos y reconociéndonos como personas con virtudes y defectos, que comenten errores pero que también son capaces de aprender y mejorar, amándonos y aceptando que la única persona responsable de nuestro bienestar somos nosotros mismos, nadie pude ni está obligado a buscar nuestra felicidad y tampoco podemos obligar a los demás a amarnos o siquiera a respetarnos, lo que si podemos hacer es decidir como tomamos las cosas, podemos poner limites y marcharnos o también ser agradecidos con aquellos que nos tratan dignamente y atesorarlos, es
nuestra vida y la decisión siempre es nuestra, aun cuando no lo es ¿A que me refiero? A que incluso en las situaciones que escapan a nuestro control podemos decidir que perspectiva les damos: una victoria, una derrota, una crisis o una oportunidad para crecer y aprender, depende de nosotros, es mejorar concentrarnos en lo que podemos arreglar y dejar que lo demás fluya.
Todo esto suena maravilloso, pero no es fácil de lograr, por el contrario, puede resultar un reto gigantesco y la muestra está en que muchas personas lo enfrentan toda su vida sin un éxito contundente ¿Por qué? Pues porque no existe tal cosa, ya lo mencionábamos antes retos y dificultades nuevos los habrá cada día, siempre estamos cometiendo equivocaciones y de igual manera siempre tenemos nuevas oportunidades, poco a poco y paso a paso, un día a la vez es como se construye el mañana, con calma y al ritmo que mejor nos acomoda, reconociendo siempre que nuestros fracasos y debilidades no son motivos de vergüenza, son evidencias de nuestra lucha.
A ti que lees esto, no tengas miedo de pedir ayuda si la necesitas, de hablarlo con quien tú elijas, de buscar espacios seguros donde encuentres paz, de intentarlo nuevamente, no te preocupes por fracasar, duele caerse pero mientras tengas la oportunidad levántate, reflexiona, admite tu fuerza sin olvidar la humildad, aprende e inténtalo hasta que lo consigas, puedes hacerlo, te lo debes a ti mismo y nadie más que tú lo hará, eres el amor de tu vida, cuídate y vuélvete tu prioridad y por supuesto comparte ese amor con los demás, se empático, considerado y apoya a otros, ayúdalos a ayudarse, porque nunca lo olvides: tú mereces estar bien.
Un artículo de Abel López Robles