Recientemente en Estados Unidos ocurrió una tragedia, la cual por desgracia parece repetirse continuamente en ese país, los motivos por los cuales este tipo de situaciones ocurren pueden ser muchos: el racismo sistemático que se vive, el nacionalismo y xenofobia que se inculca a las personas, el fácil acceso a armas de fuego, el alto índice de abuso de sustancias o la poca atención que se tiene a la salud emocional de los jóvenes, entre muchos otros, sin embargo, nos centraremos en una de las “posibles causas” que nuevamente trajo a la luz un debate que se ha repetido en demasiadas ocasiones a lo largo de los años: “los videojuegos violentos son la causa de este tipo de sucesos”.
Mucho se ha hablado sobre el impacto que tienen los videojuegos en la mente de las personas, al ser un tipo de entretenimiento muy inmersivo porque pretende involucrar al jugador con la historia que se quiere contar, existe la falsa creencia sobre como los videojuegos con temáticas violentas como guerras, uso de armas o sustancias, lenguaje grosero e incluso temas sexuales, pueden adoctrinar a los niños y jóvenes y causar que imiten este tipo de actos en la vida real.
Los lectores más atentos ya habrán notado donde está el error en este argumento: “los niños y jóvenes”. Si lo analizamos a profundidad deberíamos preguntar ¿Por qué motivo se expondría a un menor de edad a este tipo de material explícito? Una de las posibles respuestas puede ser como los adultos cometemos el error de creer que todos los videojuegos y las series animadas son para niños, tomando como referencias productos como “Mario Bros” o “Paw patrol”, olvidándonos que las mentes creativas que trabajan en estas industrias también son personas adultas, no niños, son escritores y guionistas con la capacidad de crear historias bastante oscuras con temática adulta y aunque sean presentadas en un formato que pueda parecer “inofensivo” siguen siendo para adultos, tenemos por ejemplo videojuegos como “Call of Duty” “Grand theft auto” “Mortal Kombat” o series como “Rick y Morty” “Bojack horseman” “La casa de los dibujos” o “South Park” por mencionar solo algunos de los muchos que existen.
El hecho de que un videojuego pueda jugarse en la misma Nintendo que “Mario Kart” no lo convierte en un producto apto para niños y eso se advierte desde la clasificación que reciben, muy parecida a la de las películas o a la que encontramos al inicio de cada episodio de las series que vemos, todos estos productos son divididos por los rangos de edad a los que están recomendados y al igual que cosas como el alcohol o el tabaco se reservan para los adultos, ocurre lo mismo con las películas clasificación C o D y los videojuegos y series +18, claro que es mucho más complicado poder prohibir que un niño vea una película para adultos a que beba alcohol, pero entonces ¿De quién es responsabilidad vigilar que los menores de edad no consuman este tipo de productos? Simple: de aquellos encargados de su cuidado.
Como padres, tutores o adultos a cargo de la crianza de un menor de edad es nuestra responsabilidad vigilar el tipo de entretenimiento que los niños consumen, no buscando una justificación fácil a un problema complejo o culpando sin fundamentos ni argumentos para evadir responsabilidades, el motivo para vigilar el contenido que los niños consumen es porque existen temáticas que requieren de cierto nivel de madurez mental y criterio para poder ser comprendidos como lo que son: ficción, actos que son incorrectos y que si se realizan en la vida real traen consecuencias desastrosas. Es el deber de los adultos cuidar que los niños no sean expuestos a temas a los que no están listos para comprender, que puedan disfrutar plenamente de las etapas de su niñez y poco a poco vayan progresando y conociendo más y más del mundo que les rodea, inculcarles empatía, responsabilidad, la bondad y el amor que les permitan tener una sana convivencia con otras personas.
Hoy en día con toda la tecnología que se tiene a la mano y la cual la mayoría de las veces somos los adultos quienes la facilitan, es casi imposible evitar que los menores de edad se expongan a temas explícitos, pero si pueden hacerlo de forma controlada y responsable, en compañía de un adulto que más allá de inculcar terror o intentar reprimir la curiosidad que tengan, pueden guiarlos y enseñarles a mantenerse en el camino correcto.
Como padres nunca debemos ser descuidados en monitorear lo que nuestros niños consumen porque las apariencias engañan y por supuesto que tampoco debemos culpar a otros de las consecuencias por nuestros descuidos, así que la próxima vez que nuestros pequeños nos pidan comprarles un videojuego, estén viendo un video en internet o simplemente quieran ver una película o serie, no está de más poner atención y decidir si realmente es lo apropiado para ellos.
Un artículo de Abel López Robles