Recientemente se estrenó la segunda película de Sonic el Erizo, tanto chicos como grandes se emocionaron y acudieron a los cines para verla, pero ¿Por qué personas de todas las edades acudirían a ver una película que claramente esta dirigida para un público infantil? Y no hablo de los padres que forzosamente tuvieron que verla por petición de sus hijos, si no de los adultos que voluntariamente fueron a verla, motivos puede haber muchos, pero uno que es bastante usual y que muchas compañías saben utilizar a su favor es la nostalgia.
La nostalgia es ese sentimiento que nos recuerda el pasado de forma alegre y con añoranza y que nos hace decir cosas como: “en mis tiempos era mejor” o “ya no los hacen como en mi época” refiriéndose a que antes los productos como películas, series, música y demás ejemplos que nos vengan a la mente eran mejores o de calidad superior, sin que esto sea necesariamente verdad, muchas veces lo que ocurre es que la nostalgia nos recuerda a tiempos más sencillos, nos regresa a una época donde las preocupaciones de la vida eran menores, por eso los productos que nos transportan a nuestra niñez tienen ese dulce sabor a nostalgia los ejemplos son miles y varían con cada persona, como dice el dicho “Recordar es volver a vivir” y ese placer que sentimos es algo que muchas empresas saben utilizar a su favor.
Sonic el icónico erizo azul de la compañía Sega comenzó con una serie de videojuegos que podían medirse en popularidad y ventas con el mismísimo Mario de la empresa Nintendo, pero que con los años perdió popularidad y aun así, sus películas se mantienen como un producto bastante competente y que sirve para que la mercancía del Erizo sea comprada por pequeños que recién lo conocen, ya sea porque vieron el anuncio de la película o porque alguno de sus padres los llevaron a verla, o también por coleccionistas que lo recuerdan con cariño.
Otro ejemplo de compañías que saben servirse de la nostalgia es la propia Nintendo, una de las empresas que ha sabido mantenerse entre los mayores competidores de su área y que poco a poco de un público fiel a sus juegos, prácticamente cualquiera conoce a Mario o a Pikachu, crecimos con esos videojuegos y es fácil que nos apetezca volver a jugarlos, Pokémon otra de las marcas más populares de Nintendo también se aprovecha de la nostalgia para vender “Remakes” o juegos con mejores gráficos y alguna que otra cosa nueva pero que en esencia no son productos originales y aun así venden millones y millones cada año.
Tomar un producto que ya existía, darle una nueva imagen y sacarlo en el mercado no es algo nuevo, Disney lo hace con sus películas “Live Action”, adaptaciones de sus clásicos animados con actores de carne y hueso, la pregunta entonces sería ¿Esto es algo bueno o algo malo? Y la respuesta es que ni una ni otra cosa todo depende como siempre del resultado final, si la nueva película del “Rey León” es una maravillosa obra llena de bella música, un guion de calidad y detalles bien cuidados ¿Cuál es el problema? Por otro lado, si vemos que es un producto mediocre, hecho a las prisas y con el único objetivo de sacar dinero fácil ahí la situación cambia.
No tiene nada de malo regresar a donde alguna vez fuimos felices y tener esos pequeños espacios que nos recuerdan a nuestra niñez, a los personajes que fueron nuestros compañeros de aventuras y ver incluso como han crecido, por algo ese diálogo de Spiderman sin regreso a casa donde el Doctor Octavius dice: “Que gusto verte muchacho, ya eres un adulto ¿Cómo estás?” Y Peter Parker simplemente contesta: “Trato de mejorar”, es tan poderoso porque los que crecimos con la película del 2004 pudimos sentir como si esa pregunta fuera para nosotros.
¿Alguien recuerda Digimon? Esa popular serie que se transmitía por televisión abierta a principios de los 2000 y que muchos esperábamos con ansias para verla llegando de la escuela, pues en el 2020 presentaron una maravillosa película donde cerraban el ciclo de crecimiento de sus personajes, que al igual que los niños que crecieron con sus aventuras ahora son adultos y de forma agridulce deben seguir adelante y despedirse de su niñez, un emotivo mensaje sobre la madurez y el deber que tenemos todos al crecer.
El tiempo no espera a nadie y sigue su curso nos guste o no, no tiene nada de malo recordar los tiempos más simples y de vez en cuando volver a nuestra niñez, lo importante es saber que como personas siempre tenemos el deber de seguir adelante y avanzar con alegría sabiendo que esos amigos que nos acompañaron de pequeños siempre estarán ahí esperándonos para nuevamente darnos la bienvenida e incluso puede que los encontremos nuevamente para vivir a su lado nuevas y maravillosas aventuras, esa es la magia de la nostalgia, a ti que lees estas palabras ¿Quién te espera con cariño en las memorias de tu infancia?
Un artículo de Abel López Robles